Ahora es fácil comprender porque nos tenían tanto miedo. Ahora es cuando entendemos que durante las encuestas pre-electorales nos tuvieron “de tapado” como “otros”. Ahora es cuando ya sin solución para ellos, hemos llegado a las instituciones. Ahora es cuando van a tener que abrir la puerta de los corrales y dejar salir el toro magenta y no podrán verlo desde la barrera, tendrán que salir a la arena y arrimarse. Ahora es cuando empezarán a pellizcarse buscándose a si mismos, por un lado, para comprobar que todavía existen y por otro, para asegurarse de que esto no es un sueño. No, esto es para ellos, la peor de sus pesadillas.
Porque la muralla que han construido en torno a las instituciones ira derrumbándose, porque, como dice muy bien Rosa Díez, la cuña ya está metida. Ahora tendrán que explicar muchas cosas, del pasado, de su presente y del escaso futuro que les queda si no modifican su comportamiento lastrado de taras anti democráticas, contagiado de la peor enfermedad que no es otra que la desidia política.
Ahí están, nuestros Peter Pan particulares, que en cada una de las instituciones en las que desarrollen su tarea parlamentaria, demostrarán que la ilusión por el cambio, es algo más que un eslogan político, que la alternativa necesaria lo está siendo realmente.
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