A veces, solo a veces, un segundo de calma, un minuto de silencio,
una hora de estudio, un día de sosiego, una semana de reflexión, son los
mejores consejeros que podamos encontrar.
A veces, nuestro peor enemigo está en nosotros mismos, a
menudo nuestras cadenas son nuestras propias palabras que unidas entre si
resultan frases hirientes y provocadoras.
A veces, a menudo, es mejor esperar y escuchar al viento
para que nos diga si viene tempestad o solo lluvia.
A veces, antes de echar agua al fuego con el fin de
apagarlo, es mejor subirse a una escalera y determinar si realmente existe o no
tal fuego.
A menudo, siempre, es mejor oír todas las versiones antes
de expresar adhesiones inquebrantables.
A veces, es bueno confiar en los demás y respetar las
normas. Incluso es muy bueno conocerlas y estudiarlas previamente a emitir juicios
sobre las mismas.
La ignorancia de las leyes no exime de su cumplimiento.
A veces, los reyezuelos pueden llevarnos a batallas sin
sentido de las que unicamente ellos obtienen ventajas y en las que a menudo, las
victimas son los más inocentes.
Me dan miedo las adhesiones inquebrantables…son las
madres de todas las guerras.
Al querer la libertad descubrimos que ella depende enteramente de la libertad de los demás. J.P.Sartre
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