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sábado, 18 de febrero de 2012

LA INSOLENCIA DEL PODER

Dice el diccionario que la insolencia es la cualidad de quien actúa con una falta de respeto que resulta ofensiva y en una segunda acepción, es insolente quien falta al respeto de palabra o hecho.
Llevo ya algunos días absolutamente indignado y avergonzado. Es lo menos que puedo decir, como ciudadano de Castellón, como ciudadano español y como europeo que soy.
Hemos tenido que padecer las recientes declaraciones de un señor que ya lo confunde todo.
Un señor que ha sido durante décadas Presidente de la caduca y trasnochada Diputación de Castellón. Un señor al que ya no le queda ni el menor resquicio o capacidad de sonrojarse, ante su forma de decir las cosas y lo que es peor, de llegar a pensarlas.
Este señor, ha olvidado que no ha estado donde ha estado por que esa posición le pertenezca, un señor que cree que la democracia está a su servicio, que los ciudadanos están a su servicio, que las instituciones le pertenecen, que el dinero público es suyo, que desde su posición puede decir y hacer lo que le viene en gana. Un señor que no tiene ni la más mínima idea de lo que es la convivencia. Que no sabe lo que es gestionar el dinero de los demás y que cuando lo gestiona del modo más nefasto posible, en lugar de presentar la dimisión e irse a su casa, tiene los redaños de atacar e insultar a quien le critica.
Un señor que ha sido la vergüenza de nuestra ciudad, que nos ha hecho famosos por sus tropelías, que ha abducido a gran parte de los medios de comunicación hasta el punto que ha conseguido transmitir a la ciudadanía lo mucho que ha hecho pero que ninguno sabe el qué.
Un señor que nos ha embarcado en un aeropuerto sin destino, sin aviones y sin fondo. Un señor que en lugar de disculparse por el craso error de esta inversión sigue defendiéndola a capa y espada aun consciente de que no iremos a ninguna parte. Protegido y amparado por el partido que gobierna.
Un señor que hoy, más que nunca, hace que me reafirme en que es necesario un cambio en el escenario político español y no hablo de partidos, hablo de comportamientos, hablo de respeto, hablo de ética, de educación, de nobleza, de ejemplo.
Es hora de retomar el timón para que entre todos echemos a este tipo de personajes que lo confunden todo.
¿Pero quien se ha creído que es este señor?
Ha olvidado algo básico, después de tantos años en el poder, cree que no debe rendir cuentas ante la ciudadanía…ya llegará el momento.
¿Es que no hay nadie en su entorno político que tenga el valor de ayudarle a irse?

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