No es sencillo explicar
por escrito lo que uno pretende al dar un paso como este.
Siempre he sentido
curiosidad por las personas de mi entorno, conocerlas, escuchar sus vivencias,
intentar empatizar con ellas, ha sido y es una de las experiencias más
gratificantes que pueda tener. Y ahora, con el tiempo, me doy cuenta de que ello siempre me ha
ayudado a encontrar un mejor camino en el acercamiento a la problemática
general de nuestro día a día. Descubrir
cómo esas personas afrontan sus pequeñas batallas diarias, es apasionante, cada
mini historia sumada a otras muchas mini historias me conduce irremediablemente
a sentirme parte de sus vidas aunque sea por el solo minuto en el que he tenido
esa oportunidad de aproximarlas.
Esas vivencias
compartidas me han valido para hacerme más fuerte, para con mis diez lustros,
tener claro que el equilibrio es un objetivo al que no debemos renunciar. El
equilibrio en las formas, el equilibrio en los contenidos, el equilibrio en la
comprensión de los demás, el equilibrio en la reflexión sobre uno mismo, el
equilibrio en la toma de medidas y como podéis imaginar, el equilibrio en la
vida en general.
Junto al equilibrio, a mi
modo de entender, es esencial la
decisión, pero no en el sentido de la celeridad, me refiero a la decisión
en los conceptos. No es más o menos importante la rapidez en la decisión pero
si lo es su contenido. Ser decidido en el alma. Tener cercanos el corazón y la
cabeza, sin mezclarlos pero relacionados. Y por supuesto, intentando que no se
pasen factura el uno al otro, nunca.
Equilibrio y decisión,
esos fueron los dos componentes que un día Rosa Diez me lanzó a la cara con ese
proyecto suyo llamado UPyD. Con un tono de voz neutral que solo la pasión
equilibrada alteraba de vez en cuando para recordar que pensamiento y corazón
deben relacionarse, ambos afines en lo humano y sin embargo, perfectamente diversos en lo
pragmático. Rosa me despertó de un muy largo letargo. Era 2008.
Por Decisión y por
Equilibrio me afilié a este partido al que me honro representar gracias al
apoyo de mis compañeros, hoy como Coordinador en mi querida ciudad de adopción,
Castellón. Cuando me incorporé a este sueño ya sabía que me implicaría a fondo.
En el contenido y en el continente. No hubiese podido participar de otro modo.
No hubiese sido yo. Corazón y pensamiento, relacionados íntimamente. Y por eso,
cada vez que ha habido que dar un paso más allá, no lo he dudado, no me ha amilanado
la visibilidad, la perdida de cierta intimidad, ni tampoco el trabajo diario por este proyecto,
junto a tantos y tantos más generosos upeydianos.
Mi recorrido en el
partido como resultado de esta implicación, sin posibilidad ni propósito de enmienda, me
ha llevado a desempeñar la responsabilidad como Coordinador Territorial desde
2010 hasta 2014, Consejero en el Consejo Político Nacional, en el Consejo
Político Territorial y Coordinador Local en Castellón. Visibilidad asumida pero sobre todo participación irreprimible.
En realidad, lo
importante no es solo el trabajo realizado por todos nosotros en la
organización, que también. Lo verdaderamente importante ahora, es que tenemos
la oportunidad de entrar en las instituciones valencianas con la voluntad de transformar todo aquello que es injusto en más justo, para ayudar en la medida
de nuestras posibilidades a que todos seamos un poco más dueños de nuestro destino como sociedad,
a una verdadera regeneración democrática de fondos y formas, que nuestros chavales, las próximas generaciones de valencianos, dejen de avergonzarse de sus mayores políticos . Al menos, que puedan asomarse en el futuro mirando hacia atrás con cierto respeto por los que les precedieron.
Ha llegado el momento de
que las personas de UPyD que puedan tener el honor y la satisfacción de estar
en primera línea tengan en sus manos las herramientas necesarias para aplicar
nuestra formula. Ya sabéis, la de hacer lo que decimos y decir lo que hacemos.
Es el momento de una
verdadera revolución equilibrada, desde dentro de las instituciones. Es el
momento de barrer las telarañas de la corrupción, de la incompetencia, de la negligencia y sobre
todo de la
mediocridad. Ha llegado nuestra oportunidad, como personas de
bien, de recuperar la confianza de nuestros conciudadanos en sus instituciones.
Y yo me lo creo. Creo que
con ilusión, responsabilidad, trabajo, seriedad y voluntad, podremos
conseguirlo.
Y por eso me voy a postular como candidato de UPyD en las
primarias por la provincia de Castellón para les Corts.
Hoy la Comunitat Valenciana
necesita en les Corts de nuevos talantes, gentes provenientes de los diferentes
sectores de la realidad social, ciudadanos que sepan lo que ocurre en el día a
día de los valencianos, lo que cuesta ganarse el sueldo, los sacrificios de
unos padres por dar educación a sus hijos, las penurias de otros por no poder
atender las mínimas necesidades para sus familias, el trabajo de sol a sol, los
atascos, las colas, etc.
Nosotros podemos darles
ese regalo de realidad. Estoy seguro que dejando intereses propios y
mezquindades generales, podemos ser esa fuerza renovadora y decisiva.
Equilibrada y decisiva.
Un abrazo