La prima de riesgo sigue subiendo y permanece incontrolable. El déficit público, ese gran desconocido. El res-ca-te, palabra tabú e impronunciable para el gobierno. Las medidas gubernamentales que se reducen a un sinfín de recortes y mini atentados en contra de las rentas domesticas. La tasa de desempleo. La tristeza del dinero, la ausencia de perspectivas.
Todas y cada una de esas informaciones que nos agreden cada mañana desde esos temibles verdugos llamados radios, televisores, ordenadores, etc. La dura y persistente voluntad de los medios de papel en convencernos de que aún puede ser peor.
Cada día más de lo mismo…
Pero algo cambió ayer…sí, recibí una buena noticia en medio de esta selva de cifras desbocadas, deshumanizadas, atentatorias contra las personas. Ayer, por fin, lo inconcreto, lo volátil, lo incontrolable, cayó derrotado aunque haya sido solo en una batalla, quizá incluso una pequeña batalla. Pero ayer venció el hombre.
Un compañero que llevaba dos años como paciente de esa UVI permanente que es el registro de desempleados, salio del coma del paro. Ayer, un amigo, un ser humano, un español con nombre y apellidos pasó a engrosar la cifra de los ciudadanos privilegiados con trabajo. Ayer una gran persona tras incesantes envíos de currículos, de entrevistas, de llamadas y de muchos pateos, ayer, como digo, por fin encontró la vida.
Me llamó para contármelo, me sabía un aliado en su lucha, me llamó feliz, enormemente feliz. Y me dio una gran alegría, su emoción me puso la piel de gallina, entendí en décimas de segundo cómo se siente aquel que intenta salir de las arenas movedizas y cuando cree que todo está perdido encuentra una rama a la que asirse.
Ayer fue un gran día, con una muy buena noticia. Ya incluso no me importaría que la roja, nuestra queridísima selección, no fuese campeona. Porque la gran noticia para mí ya ha tenido lugar.
Dos años de lucha, de permanente e incesante lucha, recompensados con un trabajo.
Como dicen mis compatriotas italianos, “il lavoro è faticoso ma nobilita la persona” y yo añado…”e alla società”
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