"El futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen"
Anatole France
UPyD ese magnífico proyecto dotado de alma y corazón,
afrontará durante estas próximas semanas una serie de retos muy importantes.
En primer lugar, el de no perder nuestra propia identidad.
Ello dependerá de que seamos capaces de centrarnos en el objetivo que realmente
nos conduce hacia un congreso extraordinario. Deberíamos preguntarnos si nos
merecemos como proyecto independiente, si valemos la pena como discurso
político más allá de los resultados electorales.
Lo digo claramente, si no somos capaces de vivir de modo autónomo,
si no somos capaces de construir sin hipotecas en torno a pactos electorales,
si en el futuro no podremos mirarnos en un espejo sin apercibir alguna reflejo
de más, significará que aquella frase que a muchos nos cautivó en su día,
aquella que encadenaba nuestra permanencia como partido a que fuésemos necesarios
para la sociedad, habrá por fin encontrado respuesta. Si por nosotros mismos no
encontramos sentido a nuestra vida, habrá llegado el punto y final.
En segundo lugar, este congreso solo puede tener dos
consecuencias, a medio o largo plazo, no cabe la posibilidad de ninguna más. O la
candidatura ganadora asume que lo que ha recibido es el encargo de sanar,
arropar y querer a su afiliación por encima de cualquier personalismo, sin
tomarse la victoria como un cheque en blanco cargado de vendettas y trabajando
a fondo para integrar, acoger y recibir personas y propuestas complementarias, o
en caso contrario, volveremos a las andadas, resucitaremos los sectores, los críticos, los desencantados y a todas
aquellas actitudes huérfanas de proyecto ilusionante. Si esto ocurre, moriremos
como partido con una dirección recién estrenada.
En tercer lugar, aquellos que no resulten vencedores,
deberán entender que es la voluntad mayoritaria de la afiliación. Me atrevería
a decir que su responsabilidad es aún más determinante que la de los ganadores.
Aquellos que hayan presentado candidaturas son prueba evidente de que hay
muchas personas dentro del partido que aún creen en su MF. Serán ellos que
deberán configurar el esqueleto más fuerte, serán ellos el engranaje principal
para que nos sintamos todos, parte de un proyecto, firme, común, homogéneo y
respetuoso con la divergencia.
En cuarto lugar y
para mí el reto más importante, conseguir que desaparezca de la organización
esa maldita enfermedad que todos hemos padecido. Ese tufillo a desconfianza por
parte de los órganos directivos legítimamente elegidos hacia determinadas
personas dentro del partido sin ni siquiera conocerlas. Esa excesiva prevención
higiénica muchas veces sin más fundamento que el criterio de algunos “comisarios políticos”
inoperantes y con una única función, la de ser correveidiles y lameculos al más
puro estilo de los partidos tradicionales. Espero firmemente que esos
personajes sean borrados de las entrañas del partido y que reinen el respeto y
las ganas de crecer saludablemente entre personas con un proyecto común y a
veces, diferentes visiones.
Espero que mi partido salga reforzado de este Congreso
Extraordinario. Espero que la sociedad nos acoja de nuevo y sea capaz de
reconocer que se ha hecho un gran trabajo. Se ha escudriñado en las telarañas del
poder, se ha señalado con el dedo aquellos problemas que deberán resolverse en
el tiempo, se ha diagnosticado las diferentes enfermedades de nuestras
instituciones.
UPyD fue el primero en hacer todo esto, es el partido que encendió
la antorcha y estoy seguro que será necesario para mantenerla encendida.
Depende de nosotros.
Un abrazo
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