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miércoles, 14 de septiembre de 2011

¿POR QUÉ UPyD? PORQUE HACEMOS LO QUE DECIMOS Y DECIMOS LO QUE HACEMOS.

Uno quisiera ser capaz de resumir en unas pocas líneas las razones que le empujan a defender una determinada forma de ver las cosas y al mismo tiempo, conseguir convencer a los receptores del mensaje. Siempre caben interpretaciones diversas sobre los aconteceres de la vida en sus dos principales facetas, privada y pública. También caben puntos de vista divergentes sobre la economía, la política, el arte, la música, el deporte, etc. Pero en todos los casos estamos hablando del debate sobre el fondo de las cuestiones. Y jugamos a nivel del acontecer diario. Creo que hay una imagen que es muy adecuada para lo que quisiera explicar y que me servirá como introducción.
En un partido de futbol, aceptamos que un equipo sea mejor que otro, aceptamos que exista un reglamento y que el árbitro pueda errar en su aplicación, aceptamos que los aficionados griten, aplaudan, sufran, disfruten e incluso, que hagan la ola. Aceptamos la indumentaria que cada club decide llevar, aceptamos que haya más o menos jugadores extranjeros, tal como lo regula el propio reglamento, es decir, aceptamos unas circunstancias que pueden o no ser beneficiosas para cada uno de nosotros como aficionados, pero que al final, tienen más o menos incidencia en el juego de los equipos y en todo caso, todos están sometidos a estas vicisitudes, en igualdad de condiciones.
Ahora imaginemos que el reglamento se modifique en función del interés de algunos equipos, que se decida que haga de árbitro alguno de los jugadores de los contendientes, que un equipo deba jugar en paños menores o que se le obligue a jugar con dos futbolistas menos. Imaginemos que no se deje entrar a ver el partido a determinadas personas por no estar de acuerdo con estas injusticias, etc. Es muy simple lo sé, pero también muy gráfico.
Si esto lo trasladamos a la vida política española es exactamente lo que tenemos.
Unas reglas de juego que son nuestra ley electoral, absolutamente impuestas contra la verdadera representatividad del ciudadano. Unos árbitros (nuestro sistema judicial) que en los órganos de mayor poder decisorio, mayoritariamente provienen de alguno de los grandes equipos, perdón, partidos (PPPSOE). Una falta de transparencia que nos ha llevado a considerar sospechoso a cualquier persona que pueda tener vocación de servicio público. Un descontrol absoluto del gasto público con el lema del todo vale. Una inapropiada, como poco, gestión del patrimonio de los ciudadanos, una falta absoluta de rigor presupuestario nacional y autonómico, una transferencia de competencias sin ton ni son que nos han llevado a un caos impresionante, social y económico. En resumidas cuentas, una inmensa crisis política que sin duda ha sido el hilo conductor para facilitar el hundimiento económico del país.

Hoy hay una organización política que es mi partido, UPyD, que pretende cambiar el fondo y las formas en nuestro cotidiano político. Porque si bien el fondo es al final lo que importa, muchísimas veces, las formas son las que lo condicionan e incluso llegan a confundirse con él. Ya lo dijo Rosa Diez en el Congreso cuando criticó recientemente la inclusión del techo relativo al déficit público de la Constitución, por la puerta de atrás. No solo el fondo no lo compartimos sino que las formas son inaceptables y ya forman parte de ese fondo.

Lo voy a resumir muy fácilmente, hacemos lo que decimos y decimos lo que hacemos.
Defendemos las primarias internas, sin avales de ningún tipo, para que los afiliados puedan postularse como nuestros futuros candidatos en las elecciones, lo decimos y lo hacemos…no como otros.

Defendemos rigor presupuestario, transparencia y economía en la gestión, ruego a quien lea este escrito que verifique qué hemos hecho en las instituciones desde que hemos llegado con nuestros representantes políticos.

Defendemos un solo discurso, no mediático quizás, pero honesto y coherente, un solo mensaje, único en toda España. Estemos donde estemos, defendemos lo que creemos que se debe defender, sin cálculos electorales de ningún tipo. Se puede comprobar sin dificultad siguiendo las intervenciones de nuestro magnifico diputado vasco Gorka Maneiro que sin ambages de ningún tipo sigue adelante con nuestro programa y eso dentro de un marco complicado como es el de Euskadi.

Defendemos la recuperación de determinadas competencias por parte del estado y ello no por una idea centralista o centralizadora de una España UNA y grande, como algunos quieren interpretar malévolamente, sino porque hay temas demasiado importantes como para no estructurarlos, hay asuntos en los que los ciudadanos nos jugamos nuestro futuro y esencialmente el de nuestros hijos. La educación, que según los últimos informes de la OCDE es un talón de Aquiles para nosotros a pesar del dinero dilapidado en ella, la sanidad pública que no solo no satisface las expectativas de los usuarios sino que con su actual organización es un motivo de enfrentamiento entre las administraciones autonómicas, la justicia que vive instalada en la más absoluta inoperancia para disgusto de la sociedad y desesperación de las fuerzas de orden público que ven su trabajo compensado con la nada y así algunas competencias más que deberían estar coordinadas en cuanto a sus objetivos y métodos, dejando la gestión a los propios órganos autonómicos.

Esto son solo cuatro ejemplos de nuestra posición política y sobre todo de nuestra actuación política, porque si que actuamos en el sentido de lo que defendemos.

Hoy, la triste realidad española es la de un gobierno hundido en la desesperanza que decide a base de vaivenes, unas veces en función de lo que se le dicta desde Bruselas y otras, en función del termómetro electoral de quien se encarga de manejarlo, el ilustre candidato Rubalcaba. En frente, un partido, el PP, que se pavonea de ser la solución al problema nacional cuando es incapaz de resolver esos mismos problemas a nivel autonómico, véase Valencia, por ejemplo, y que ha pecado en sus gobiernos regionales de los mismos vicios que el PSOE.

Ya no solo se trata de la gran mentira que han construido ambas organizaciones políticas, de común acuerdo e invadiendo otras áreas hasta asfixiarlas, se trata de que el ciudadano, debe reaccionar, y esta es una oportunidad. ¿Porqué no aprovecharla? Se me hace muy interesante un escenario en el Congreso de Diputados con un partido como UPyD, exigiendo y transmitiendo aire puro desde las instituciones. Con un objetivo primordial, recuperar el protagonismo del ciudadano como dueño y señor de nuestro sistema democrático. Recuperar aquello que un día nos usurparon desde las establishment partitocrático. Un gran partido nacional no por su estructura sino por su esencia.

Un saludo

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