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miércoles, 28 de abril de 2010

LA LEALTAD

Hoy es difícil para todos echar el freno en nuestro día a día y dedicar unos minutos a la reflexión . Nos golpea el tiempo con su imperturbable tic tac, es como un cocodrilo que nos persigue sin tregua (esto último pertenece a la letra de una canción de Edoardo Bennato, el rockcocodrilo). Ese tiempo nos narcotiza hasta el punto de que olvidamos muchas veces que somos personas, seres humanos a los que se nos supone , como en la mili, un mínimo de ética.
Y es que esa ética debería resurgir, esa característica propia a los humanos debería hacer acto de presencia ya y manifestarse de mil y un maneras. En todas sus vertientes posibles. Para mi una de las más significativas es la lealtad.
El pacto entre dos personas o un grupo de ellas, pacto que no necesita de escritos ni de documentos. pacto de hombre o mujeres con un simple apretón de manos, pacto civilizado.
Creo que dice mucho de alguien esa capacidad de lealtad, esa cualidad que te permite mirar directo a los ojos al otro sin miedo y sin ruborizarte, con tu conciencia limpia porque nada has de reprocharte.
Es imprescindible en nuestra existencia , en cualquiera de sus facetas. Es vital que la lealtad forme parte de nuestro compromiso, sea personal, profesional o político.
La vida da muchas vueltas, hay quien prefiere el trabajo fácil, al limite de los escrúpulos pensando que el todo vale es una formula para progresar...pero también hay quien prefiere la lealtad, el compromiso y el cumplimiento de los acuerdos. Estos últimos son los que al final merecerán el respeto de sus semejantes y no el desprecio que es el único premio para quien es desleal.
La política requiere de personas leales, sinceras, francas y comprometidas. Al menos así lo veo yo...de hecho, eso es lo que UPyD pretende alcanzar. Es decir, un cambio no solo de dirigentes, no solo de directrices, sino también de modos. Recuperaremos al hombre ético para la política e intentaremos que la política ética nos devuelva al hombre y así reaparecerán aquellos valores que en su día, fueron pilares de nuestra civilización. El dialogo, el estudio, el razonamiento, el análisis.
La lealtad...justifica reflexión...es necesario que muchos sopesemos su valor y si vale la pena dejarla de lado por fútiles intereses, por promesas momentáneas, por cuentos de la lechera...

4 comentarios:

  1. La lealtad es un hermoso concepto utilizado con frecuencia de forma espuria.

    Algunos, los más burdos, para eludir su propia responsabilidad (la obediencia debida). Otros, los maquiavélicos, para justificar una actuación menos honesta de lo que sería deseable (la razón de Estado).

    Pero existe al menos otra derivación perversa de la lealtad, para mi la más peligrosa, la más rechazable, y en cambio la menos culpable de todas. Aquellos que confunden la lealtad con la adhesión al jefe. Sería la trasposición humanizada de la actitud del caballo con el jinete.

    Me gusta la lealtad, es una gran virtud, no quiero ni empañar su significado ni minusvalorar a los leales. Pero alcanzar su verdadera potencialidad ha de entregarse de forma desintersada y libre, y además ser merecida por el receptor.

    La lealtad es sólo una de las proyecciones de una virtud superior, tan escasa que ni siquiera tiene nombre en español, la "areté" de los griegos. Ante ella me inclino sin reservas.

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  2. La lealtad es lo más importante, el guardar la palabra dada a los compañeros, por mucho tiempo que pase y circunstancias adversas que ocurran. La cuestión es cuando alguien aparece y tacha de desleal a alguien que ni se preocupa de como ha sido, y que ni siquiera ha sido para nada desleal a lo suyo y el otro, el tachador, mal interpreta, y aquí tenemos el mogollón, las malas interpretaciones y ganas de decir sandeces sin ton ni son. La lealtad es lo principal pero hay que ser fieles a quien uno quiere ser fiel. No se puede tachar a nadie de desleal cuando ni te han dado palabra ni por asomo.
    Presumo de que en Alicante, ser leal y casi todos mis compañeros también a las ideas principales. Por esto seguimos en la brecha y no nos doblegamos ante absurdeces e imposiciones que apenas se adivina porque vienen ni a santo de qué.
    Hay que definir bien las palabras antes de malgastarlas.
    Un abrazo
    JOrge

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  3. Gracias a ambos, Francisco y Jorge. Desde luego comparto que no es lo mismo la lealtad que la adhesión.
    Hablaba de lealtad del hombre frente al hombre, lealtad al compromiso existente porque de por si, sí no hay compromiso no se puede esperar lealtad, evidentemente.Hablo de la lealtad a la palabra dada...

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  4. Compañero Romain.

    Complicado concepto éste, sobre todo porque en manos de según quién, es caña que se torna en lanza... O al revés, que no sé qué es peor.

    ... Sin embargo, visto lo visto, me permitiré reproducir textualmente el final de tu escrito... Creo que hemos de prestarle especial consideración, sobre todo porque abre puertas y pese a quien pese, obliga a entendernos:

    "... El dialogo, el estudio, el razonamiento, el análisis. La lealtad...justifica reflexión...es necesario que muchos sopesemos su valor y si vale la pena dejarla de lado por fútiles intereses, por promesas momentáneas, por cuentos de la lechera..."

    Ser leal es también saber tender manos.
    ... Y en ello andas.

    No se puede ser más fiel a un proyecto y a una gente... Nos pongamos como nos pongamos.

    Sin acritud... Y sin interés.

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